Falleció la querida enfermera que salía a buscar a los pacientes con tuberculosis a sus casas

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Ana María Brito trabajó en los consultorios “Doctor Concha” y “Silva Henríquez” de Quillota, donde dejó una huella imborrable de profesionalismo y entrega

 

Profundo pesar reina entre el personal del Departamento de SaludQuillota, por el sorpresivo fallecimiento de la querida y destacada enfermera Ana María Brito Véliz, de vasta trayectoria en la Atención Primaria local, ocurrido el pasado 15 de febrero.

Nacida el 27 de junio de 1950, estudió Enfermería en la antigua sede Valparaíso de la Universidad de Chile, hoy Universidad de Valparaíso, desde donde egresó en enero de 1972, para iniciar su vida laboral en el hoy desaparecido Servicio Médico Nacional, Sermena. Ahí se desempeñó hasta el cerca de 1982, cuando ingresó al Departamento de Salud de la Municipalidad de Quillota.

Su primera destinación fue al entonces Consultorio N° 1, hoy “Doctor Miguel Concha”, donde trabajó en el Programa de Salud Infantil, en áreas como el Control de Niño Sano y las vacunaciones. Además, prestó colaboración en el Programa de Tuberculosis, sobre todo en la pesquisa, cumpliendo un rol muy activo en el trabajo comunitario. Con mucha disposición, destacó por su alegría y compromiso, incluso fuera de su horario de trabajo, haciendo el seguimiento a personas que estuvieran en condición de riesgo.

Una gran profesional

En ese centro de Salud la conoció el alcalde Luis Mella Gajardo, cuando era un joven médico recién titulado, también en la Universidad de Valparaíso. Según recordó, “tuve el honor de conocerla desde el día que llegué a la Atención Primaria de Quillota. Trabajé con ella en el Consultorio N° 1, hoy ‘Doctor Miguel Concha’ y fui testigo de su amabilidad, de su calidad humana, de sus cualidades técnicas. Una gran profesional, una enfermera salubrista dedicada por completo a atender a los pacientes y a buscar lo mejor para la salud de los quillotanos”.

La enfermera María Adelaida Saavedra, quien fue su alumna, recuerda que cuando “Anita” trabajaba en el Programa de Tuberculosis “la vi infinitas oportunidades salir a buscar a los pacientes cuando no llegaban a buscar su tratamiento, caminando por las laderas del cerro con su delantal blanco. Tenía que rescatarlos, porque ellos necesitaban su tratamiento. Gran persona y una excelente enfermera, fue un ejemplo para nuestra profesión. Una maravillosa mujer”.

En el año 2001, al implementarse la reforma local al sistema de Salud Municipal, Ana María Brito y otras enfermeras se trasladaron desde el Consultorio “Doctor Miguel Concha” al Centro de Salud “Cardenal Raúl Silva Henríquez”, donde continuó su labor en el Programa de Salud Infantil, llegando a ser la encargada del Programa de Inmunización -Vacunatorio-, además de trabajar en el Programa de Salud del Adulto, especialmente en los exámenes de Medicina Preventiva.

Finalmente, en el año 2011, la querida enfermera “Anita” Brito, la misma que siempre atendía con una sonrisa, decidió acogerse a retiro, dejando tras de sí el recuerdo de una funcionaria con una alta disposición, tanto para los usuarios del sistema, como para sus compañeros de trabajo, con un gran compromiso y calidad profesional y humana, que la convirtieron en un ejemplo para las nuevas generaciones de la Atención Primaria de Quillota.

Los años posteriores se dedicó a la vida familiar. Aprovechando sus conocimientos de Salud, cuidó a su querido tío Juanito y apoyó la estimulación temprana y alimentación saludable de sus sobrinos nietos. Además, era activa participante de la comunidad de la Parroquia San José de La Calera, comuna donde residía, así como de su junta de vecinos. Más recientemente y en medio de la proliferación de los sistemas de comunicación virtuales producto de la pandemia, solía conectarse a la plataforma Zoom, para compartir con sus compañeras de universidad.

Una pérdida para la Salud Pública

Desafortunadamente, en medio de este periodo disfrutando su retiro, Ana María Brito sufrió un sorpresivo aneurisma cerebral, que le produjo una hemorragia craneal, que terminó costándole la vida el pasado lunes 15 de febrero. Su deceso caló hondo entre los funcionarios de SaludQuillota, especialmente de quienes fueron sus compañeros, que hoy sufren su partida y la despidieron –considerando las medidas sanitarias- especialmente a través de mensajes de cariño.

La enfermera María Adelaida Saavedra recordó que “Anita María no solo fue una compañera y colega, sino una amiga que pasó por esta vida haciendo el bien y ha dejado una huella silenciosa y generosa en la vida de muchas personas, a quienes se entregó por entero. A quienes tuvimos la suerte de conocerla, nos cuesta creer que partió tan intempestivamente y en este momento la emoción nos invade. Vimos siempre su preocupación y abnegación. Ella siempre se brindó por todos a quienes atendió, en los distintos programas en los que se desempeñó”.

Opinión similar manifestó el alcalde Luis Mella, quien calificó su deceso como “una tremenda pérdida para la Salud Pública quillotana y nacional. Envío un saludo cariñoso a todos sus familiares y un abrazo a todo el equipo de la Salud Primaria de Quillota por esta lamentable pérdida. La vamos a recordar siempre y esperamos que la Salud Primaria pueda rendirle el homenaje que se merece y podamos mantener el recuerdo vivo de Ana María, esta persona extraordinaria, ojalá por decisión del equipo, en alguna de nuestras dependencias”, anunció el jefe comunal quillotano.

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